Por nuestra iniciativa, la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires conmemora hoy el "Día de Lucha contra la Discriminación por Orientación Sexual o Identidad de Género" y adhiere a las actividades que se realicen en este marco. Asimismo, expresa su compromiso con el trabajo por la igualdad y la no discriminación hacia lesbianas, gays, bisexuales y trans.
En nuestro país, ante la propuesta de la Federación Argentina LGBT, el 10 de mayo de 2007, el Concejo Municipal de la Ciudad de Rosario estableció el 17 de mayo como "Día Municipal de lucha contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género". Paralelamente, en otras ciudades del mundo, como ser la Ciudad de Curitiba, Estado de Paraná, Brasil, fueron adoptadas medidas similares. Proyectos en el mismo sentido fueron presentados por la Federación Argentina LGBT en el Congreso de la Nación y en otras legislaturas provinciales, con legisladorxs de distintas fuerzas políticas. El 17 de abril del 2008, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires aprobó una ley por la cual instituyó el día 17 de mayo como el "Día de Lucha contra la Discriminación por Orientación Sexual o Identidad de Género".
La Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires establece en su artículo 11 que "todas las personas tienen idéntica dignidad y son iguales ante la ley. Se reconoce y garantiza el derecho a ser diferente, no admitiéndose discriminaciones que tiendan a la segregación por razones o con pretexto de raza, etnia, género, orientación sexual, edad, religión, ideología, opinión, nacionalidad, caracteres físicos, condición psicofísica, social, económica o cualquier circunstancia que implique distinción, exclusión, restricción o menoscabo". Asimismo establece que "la Ciudad promueve la remoción de los obstáculos de cualquier orden que, limitando de hecho la igualdad y la libertad, impidan el pleno desarrollo de la persona y la efectiva participación en la vida política, económica o social de la comunidad".
Entre los principales puntos de partida del Plan Nacional contra la Discriminación (PNc/D), aprobado por Decreto 1086/2005, se encuentra la convicción de que la sociedad se enriquece, en todo sentido, cuando celebra su diversidad. El Plan Nacional expresa que "lamentablemente, la estructura de nuestras sociedades y sus instituciones no suele facilitar la integración en pie de igualdad de todos los seres humanos, ni respetar sus singularidades; más aún, suele fabricar sus propias discriminaciones e intolerancias".
De acuerdo al mencionado Decreto, "nuestra sociedad históricamente legitimó una concepción de sexualidad única, normal, sana y legal que se contraponía a cualquier otra concepción de sexualidad. Esta noción niega la evidencia de la existencia de sexualidades diversas y diferentes orientaciones sexuales e identidades de género". Esto genera que las personas que viven una orientación o identidad sexual diferente a la norma son invisibilizadas en las campañas de salud, reprimidas en los ámbitos educativos, hostigadas por las fuerzas de seguridad, castigadas por sus familias, entre otras cosas; viven situaciones de extrema marginalidad y opresión.
La lucha contra la discriminación fundada en la orientación sexual o la identidad de género implica necesariamente incluir en la educación la visibilización de las diversas orientaciones e identidades sexuales, las nuevas formas familiares y el respeto por la identidad de género.
Si bien hubo avances importantísimos en el reconocimiento de los derechos de las personas LGBT a nivel nacional, como la Ley de Matrimonio Igualitario y la Ley de Identidad de Género, políticas públicas relacionadas a la diversidad sexual y la presencia de referencias positivas en el arte, la cultura y los medios de comunicación, que sirven como herramienta fundamental en el trabajo contra la discriminación, la discriminación sigue siendo una realidad para lesbianas, gays, bisexuales y trans en el ámbito laboral, los ámbitos educativos y de salud, en las instituciones y dentro de las familias, así como también todavía puede observarse en los medios de comunicación masiva y en las publicidades, a través de los estereotipos y la ridiculización.
Todas las personas tienen derecho a ejercer libremente su sexualidad sin ser discriminadas, a ser diferentes, pero gozando de los mismos derechos, a no tener que ocultarse por miedo al rechazo o incluso la violencia. Desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires debemos trabajar para seguir aportando en el camino hacia la igualdad y la no discriminación, por una sociedad justa para todxs.